Emoción, urgencias, nervios,
equipos históricos que pueden descender, sentimientos a flor de piel, la
historia en juego en un partido, se multiplica la venta de camisetas, ciudades
que se vuelcan en apoyo a sus equipos, campañas publicitarias con mensajes de
que es posible conseguirlo, cábalas matemáticas, fichajes de última hora para conseguir el
objetivo, rumores de sobornos, cuentas y
más cuentas…todo por lograr estar un año más en la élite. Temporada tras temporada
las últimas jornadas suelen ser dramáticas
para los equipos que se encuentran inmiscuidos en la lucha por la
permanencia. Estas situaciones críticas que están sufriendo muchos equipos
estas semanas son fruto de la mala gestión y planificación de sus dirigentes y
de sus malas decisiones a principio de curso, dando lugar a la situación
irreversible del descenso deportivo. Descender no solo supone un modelo y un
proyecto deportivo diferente sino que en
lo económico, aspecto vital para tener éxito en lo primero, el descenso implica
que los recursos sean mucho menores y el apoyo privado disminuya
considerablemente, lo que en muchos casos supone que el regreso a la máxima
categoría tarde años y años en llegar o no vuelva a llegar nunca.
Los verdaderos sujetos
pasivos del descenso de categoría son los aficionados, los que derraman lágrimas
verdaderas, y no de cocodrilo porque está la cámara delante, que son los que
verdaderamente sienten la camiseta y los que legítimamente pueden besarse el
escudo. Son los que sufren, los que realmente sienten los colores, los que en
el momento que pite el árbitro el final del encuentro y se consume el descenso,
no encontrarán consuelo en nada ni nadie y tardarán días y días en recuperarse,
pero que jamás dejarán que camine solo su equipo, en cualquier categoría que
éste se encuentre.
Ni los jugadores, que como ellos se definen,
son profesionales y van donde poderoso caballero Don Dinero les llame, ni los
dirigentes que son los que inicialmente ponen el capital pero que si observan
que no van a sacar el rendimiento económico esperado cogen la pasta y a correr,
les importa realmente el descenso porque la mayoría emigrará la temporada que
viene a otros equipos donde lo primero que harán será besar el escudo.
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