domingo, 25 de marzo de 2012

ADEMAR, FURIA DE TITANES

Hoy era el día. El día en que asturianos y andaluces eligen sus gobiernos autonómicos, el Ademar se jugaba los cuartos (nunca mejor dicho) en tierras húngaras ante el poderoso Veszprem.
Me pongo cómodo en el sofá con la ilusión de poder presenciar por primera vez en la historia la clasificación para cuartos de final de la Champions del Ademar pero a la vez me invade un sentimiento de escepticismo motivado por la escasa renta de goles llevada a tierras magiares (sólo 3), el potencial del equipo húngaro, los precedentes de años anteriores en los que el equipo leonés nunca había superado esta ronda y sobre todo la transformación de los árbitros en competición europea, que adquieren un sospechoso carácter casero.

El desarrollo del partido corrobora todas mis sospechas. El Veszprem siempre ostenta ventajas entre los tres y cinco goles, los árbitros haciendo algunas de las suyas pero nada reseñable, que no hubiéramos advertido. Hasta el descanso todo según lo previsto. Pero en la segunda parte comienza el escándalo (como bien diría nuestro querido Rafael), los árbitros dejan de parecer caseros y se convierten en cleptómanos, avisos de pasivos a los tres pases en ataque, exclusiones al mínimo contacto, permisividad a la dureza de la defensa húngara, inexistencia del aviso de pasivo al ataque del Veszprem al cual le permitían atacar y atacar hasta conseguir el gol. El destino del Ademar parecía escrito pero emergió la figura de Alamo para mantenerle con vida. Entrábamos en los últimos minutos y los árbitros todavía iban a prestarle el último servicio al equipo húngaro, exclusión a Felipe Borges y el Ademar debía acabar el partido con seis jugadores. Parecía un imposible, una quimera conseguir el pase a cuartos pero una parada una vez más de Vicente Alamo y una rápida transición, todo ello en siete segundos, permitió que le llegara el balón a Rafa Baena en el pivote, el cual se revolvió con una velocidad propia de Billy “The Kid” al desenfundar su revólver y fusiló a Alilovic. Se acabó, el Ademar a cuartos de final de la Champions. El sueño se ha hecho realidad.

El equipo, que no está atravesando su mejor momento económico, los jugadores y la ciudad de León se lo merecen. Lo que han conseguido es un hecho histórico. No lo olvidaremos, Gracias Ademar una vez más. Y el miércoles a por el Valladolid.

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